Título: Bodega de crianza y residencia taller. PFC 2008
Autor: Ruiz Taroncher, Aída
Resumen: Llegar hasta el Rebollar implica multitud de caminos serpenteantes, de ahí la importancia del recorrido dentro de la intervención.
Aprender a escuchar el murmullo, el rumor del lugar, es una experiencia necesaria y previa a cualquier línea.
Necesitaba conseguir un argumento proyectual que hiciera posible que fuera el propio lugar el que suministrara las pautas de la intervención.
La arquitectura se ha convertido en la forma de materializar un instinto fruto de la reflexión.
Este discurso, surge de la convicción de considerar la pieza resultante un mecanismo de respuesta a las múltiples preguntas que surgían al intervenir en el claro del bosque.
Se trata de una romántica lectura de pasado racionalista.
Existe una necesidad de transmitir sensaciones, no es un escenario adicional el de las emociones, sino una necesidad incorporada desde las primeras decisiones.
Lo que ha determinado la propuesta arquitectónica ha sido la responsabilidad de situarme en un paisaje extraordinario.
Proyectar algo gigantesco hubiera alterado irreversiblemente el equilibrio, por lo que decidí enterrar, como primera decisión para amortiguar el impacto.
Decido enterrar la bodega porque de esta manera consigo de forma natural las condiciones óptimas para la elaboración del vino. Se trata de una bodega que incorpora criterios de sostenibilidad, y que pretende poner de manifiesto los primitivos, pero eficaces comportamientos pasivos de la arquitectura enterrada.
Enterrada y en rampa, consigo un buen funcionamiento de la bodega por gravedad.
La lógica de las arquitecturas excavadas necesita de una reflexión adicional que tenga en cuenta sus posibilidades y las ponga en valor.
Entendemos el construir como acto humano, frente a excavar como acto animal, y asimilamos cueva a lo primitivo, a lo poco civilizado.
Las cuevas son y serán siempre arquitectura en su expresión más pura, arquitectura del espacio más que de la forma, de la luz más que del efecto visual.
Un condicionante principal era la flexibilidad espacial, de tal manera, que se plantea un contenedor elástico, los espacios reservados a las distintas actividades son capaces de crecer y decrecer en función de las necesidades. Son espacios en los que se desarrollan usos complementarios ( y no coincidentes en el tiempo) como pueda ser la entrada de uva y la salida de vino).
Se trata de una bodega lineal y en rampa, donde la altura del forjado de cubierta permanece constante. Decreciendo la altura libre a medida que avanza la uva.
Confiando en la abstracción para sugerir más allá de la apariencia misma.
La decidida opción por la economía de gestos hace que sólo sean posibles aquellos realmente esenciales y sinceros.
Elementos constructivos y materiales de trabajo: el espacio, la luz y
el paisaje.