Resumen: MOVIMIENTOS CONTROLADOS.
El Proyecto Fin de Carrera de Sofía Sánchez, que es un proyecto espléndido, es además y por cierto una buena prueba de las excelencias que normalmente provee el programa de movilidad estudiantil Erasmus y, más particularmente, con ocasión del PFC. Frente al mal menor de un puñado de estudiantes mediocres que lo utilizan para acortar aprendizaje y mermar responsabilidades, la mayoría, como este mismo proyecto demuestra, añade al conocimiento de un país y una lengua diferente una experiencia arquitectónica nueva, un punto de vista diferente y la aportación de sensibilidades pedagógicas y profesionales que unir a su aprendizaje en la Escuela de Valencia.
De manera que este ¿barco varado¿ en las procelosas aguas todavía no ganadas al mar para construir una Mediateca en Ámsterdam ha permitido a su autora indagar en cuestiones que van desde lo urbanístico hasta lo constructivo, desde el lenguaje formal hasta la elección del material, desde las costumbres sociales al uso específico. Y podemos concluir que ha devenido un edificio muy holandés.
Sé que no es ajeno al resultado final un asesoramiento sistemático, profundo y muy exigente de su tutora en Valencia, la profesora Marta Pérez, pero el espíritu del proyecto nació en la Escuela de Ámsterdam y está presente hasta su definitiva formalización.
Es un proyecto complejo que persigue encontrar, y servir al usuario, espacios abundantes y de múltiples lecturas ¿aspecto que conviene siempre, no me canso de indicarlo, a la arquitectura y más aún a la arquitectura docente o cultural- que en el movimiento y en un discreto mecanicismo alcanzan su expresión más radical. Pero es, también, un proyecto claramente unitario ¿y si la multiplicidad citada conviene, la unidad se me antoja imprescindible- que confía a un mismo tratamiento final, a una volumetría contundente y a una sección muy poderosa, el discurso formal definitivo. Y si en él podemos apreciar una razonable influencia de la omnipresencia de OMA y de su líder Rem Koolhaas, no creo yo que el conocido Club de Golosov esté ausente.
Un trabajo minucioso guía la reinterpretación del programa, esa ¿reprogramación¿ que suele ser la primera actividad del arquitecto en la asunción del programa funcional, a la vez que se compromete en la construcción sistemática de una maqueta de trabajo tan necesaria en la ejecución como en la comprobación de su propia eficacia, mientras se comporta como una operativa analogía para la futura edificación.
Y son tan precisas las propuestas constructivas de detalle como la elección de los acabados, una y otras plasmadas en los dibujos de detalle y en las infografías y maquetas virtuales de los espacios pretendidos.
Una exposición impecable, de la que ahora doy fe como Presidente del Tribunal que valoró su defensa, además de hacer explícito el dominio que Sofía ejerce sobre su proyecto, complementó con rigor una documentación ya muy completa y anunció premios y éxitos posteriores que hoy son una realidad y se recogen, para la satisfacción de sus profesores, en esta publicación.
José María Lozano Velasco. Doctor Arquitecto.
Catedrático de Proyectos Arquitectónicos profesor de PFC y responsable del Taller H.