La imagen "aperreá". Un cuestionamiento de Internet como esfera pública a través de las prácticas artísticas de María Cañas y flo6x8

Abstract

[ES] La artista y ensayista Hito Steyerl describe la imagen pobre como una imagen de ínfima calidad capaz de navegar por la red a un ritmo vertiginoso. Se trata de una imagen bastarda, barata, fácilmente manipulable y continuamente resignificada. Su naturaleza paradójica refleja las contradicciones que atraviesan la sociedad contemporánea: lo mismo alumbra actos de resistencia anónimos y masivos, que acicatea los ritmos disfuncionales del capitalismo tardío y una alienante egolatría. La noción de imagen pobre permite entender la riqueza de la inquisitiva obra de María Cañas, que se reapropia del “detritus audiovisual” acumulado en Internet para pergeñar videocraciones como Sé villana. La Sevilla del diablo (2013), un retrato cáustico y estrafalario de las estrategias de supervivencia del lumpen hispalense. Aquí, Cañas incluye un fragmento de Rumba rave “banquero” (2010), una acción del colectivo de agitación flamenca flo6x8. Durante la crisis económica, este grupo de bailaoras y cantaores irrumpía en sucursales bancarias para disputar esos espacios al sistema a través de la ironía y la fiesta. La viralización en redes de los vídeos que sus integrantes grababan apresuradamente resulta fundamental para la activación de un pensamiento colectivo en rebeldía, principal objetivo del colectivo. Si bien tanto Cañas como flo6x8 hacen un uso táctico de la imagen pobre, sus problemas con la censura en YouTube ilustran los antedichos conflictos que recorren la red entendida como una dimensión más de la esfera pública. Actuar política y artísticamente en Internet supone renegociar eso que Jacques Rancière denominó el reparto de lo sensible; la desigual distribución de visibilidad y legitimidad que los grupos subalternos asumen como natural e inevitable. A través del enfrentamiento a la sobreabundancia audiovisual y a la imposición de un imaginario proletario gris y desactivador, estos/as artistas redefinen los límites de lo posible desde la beligerancia de su humor.